Muchas veces hemos pensado que poner límites a los niños no sería la forma más adecuada de educar. Sin embargo, el "dejar hacer" libremente y sin ninguna regla no conduce a ninguna parte y puede traer problemas a futuro.
Los niños debe sentirse contenidos y cuidados, pero además, guiados por sus padres. Por ello, deben tener límites aplicados en un ámbito saludable, sin recurrir a actos violentos, sanciones o gritos.
Ser padres hoy no es una tarea fácil, por eso saber con seguridad lo que debemos hacer, permitirá que el niño se sienta protegido y seguro de sus actos.
Acuérdate siempre de que los límites marcan el camino a seguir y no son sinónimo de castigo. Una norma bien puesta puede ayudar al niño a saber cómo continuar.
Ahora bien, ¿cómo poner límites a los niños?, ¿cómo conseguir que los acepten?
Aquí podrás ver algunos consejos:
* Sé seguro/a de ti mismo/a. Los niños necesitan ver seguridad en sus padres para lograrla en sí mismos.
* Cuidado con ser demasiado permisivos. No poner límites conduce a que el niño se encuentre perdido y no sepa qué decisión tomar, porque nadie le enseñó cuáles son los caminos.
* Mantén la calma frente a los berrinches.
* Sé coherente. Si un día permites al niño que tome lo que no puede y al otro día se lo das, estarás perjudicándolo. Lo mismo sucede si no actúas con el ejemplo.
* Cuida a tu hijo. Los niños son curiosos y necesitan explorar el espacio. Eso no quiere decir que sean malos por tocar todo o subirse a la mesa. Sólo trata de sacar de su vista objetos peligrosos que puedan lastimarlo.
* Ponerse de acuerdo con la pareja. No sirve de nada que la madre diga que sí y el padre que no, o viceversa.
* Sé claro al poner una regla. El niño entenderá mejor la norma.
* Poner límites no significa ser violento o mostrarse enojado. No llegues al punto de estallar, los límites se construyen con trabajo y firmeza. Puedes explicarle al niño el por qué de una regla e ir de a poco para que la entienda.
* Si siempre dices lo que NO se debe hacer, trata de poner normas en donde SÍ se pueda hacer.
* Escucha las necesidades del niño. Así él aprenderá a escuchar las tuyas.
* Establece límites según la edad y madurez de los niños.
* El poner límites brinda al niño un ámbito de contención y da lugar al desarrollo de la autoestima y la madurez.
* Si siempre retas al niño y le muestras lo que hace "mal", es hora de celebrar cuando se comporta bien. Otra manera de fomentar sus logros.
* Paciencia en el proceso. Los límites no son mágicos, por ello debemos ser constantes en nuestras acciones y, sobre todo, pacientes.
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