Para que los padres puedan ayudar a sus hijos con su timidez deben ser pacientes y no presionarlos, es importante respetar sus tiempos.
Por Carolina Malebran.
Si su hijo al encontrarse en situaciones nuevas, frente a los adultos o frente a cualquier persona desconocida, se muestra tímido, se esconde entre sus piernas, se queda inmóvil, no mira a las personas, no habla o lo hace en voz muy baja y/o les cuesta acercarse a jugar con otros niños, no se asuste ni desespere.
Para que los padres puedan ayudar a sus hijos con su timidez deben ser pacientes y no presionarlos, es importante respetar sus tiempos, tal vez ellos desearán observar desde lejos, y luego, paulatinamente, una vez que se sientan preparados y seguros podrán integrarse al juego con los demás niños.
Siguiendo algunas de estas opciones los padres o cuidadores pueden dar una gran ayuda a sus niños:
- Nunca lo presione a que se integre si él o ella no se siente preparado(a)
- Dele la seguridad de estar a su lado hasta que pierda el miedo, no lo aparte de usted a la fuerza.
- Acompáñelo a jugar con los demás niños.
- Quédese con él o ella por un momento mientras se integra en el juego.
- Explíquele el juego, intentando que lo vea interesante. “Mira están armando una torre, a ti también te gusta armar torres, les quieres ayudar?” por ejemplo.
- No lo critique en público, no diga cosas como “Es tímido”, “No seas tonto”, “Le da vergüenza”.De esa manera acabaremos convenciendo al niño de que lo es y mayor inseguridad sentirá.
- Evite sobre exigir al niño, permítale equivocarse, de lo contrario sentirá constante temor a no cumplir con las expectativas puestas sobre él.
- Juegue con él, tanto como le sea posible, reforzando su desarrollo motriz.
Si el niño vive varias y ricas experiencias motrices, podrá conocer sus capacidades, sus fortalezas y sus limitaciones, será un niño más confiado en las situaciones que deba enfrentar. Jugando con él a la pelota, a correr, esconderse, en el parque con los columpios y muchos más. Déjelo que avance, que se mueva, no se muestre temeroso ni lo sobreproteja, aliéntele a que deje sus miedos atrás, pero siempre respetándolo, dejándolo que explore nuevas experiencias a su propio ritmo. Con paciencia y con confianza en que su hijo lo logrará.
La timidez en los niños pequeños, como hemos mencionado, es algo normal y generalmente se supera al ingresar al colegio. Sin embargo si observa que su hijo no puede hablar, no puede jugar, no puede vincularse con otros y es un niño que sufre. En estos casos es conveniente consultar con un especialista para que realice una evaluación más profunda, de manera de dar ayuda oportuna al niño.
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