Cuento infantil para enseñar a los niños y niñas a que con esfuerzo se pueden superar las dificultades. Desarrollar su responsabilidad y su autonomía.
En el bosque de las nubes azules, donde los árboles crecen muy muy altos, donde todo lo que ocurre es magia. En ese bosque, dentro de una cueva, en una botella, había un hada dormida. Era una de las hadas del bosque, conocida por todos con el nombre de Lluvilia.
Lluvilia, era el hada de la lluvia de colores, que aparecía con las primeras flores del año. Llevaba un vestido de pétalos azules y tenía alas de mariposa de color verde. Lluvilia era un hada buena, de esas que ayudan a la gente y hacen cosas importantes. Pero no podía hacer todo esto porque estaba dormida en una botella, dentro de una cueva del bosque.
Cuentan los habitantes del bosque de las nubes azules, que hace mucho tiempo Lluvilia, en lugar de hacer las cosas importantes que debía hacer, se quedo dormida sobre los pétalos de una flor. La reina de las hadas se enfado mucho con ella, tanto que realizó uno de sus encantamientos y la dejó dormida en una botella, dentro de una cueva.
Cuando las primeras flores aparecieron y Lluvilia tendría que haber salido con su lluvia de colores, el hada dormida despertó de su sueño. Se encontró en una botella, sin poder salir, dentro de una cueva. Todo a su alrededor era oscuridad, y sus alas no podían extenderse para volar porque estaba en una botella.
Lluvilia, se sintió triste y vacía, quería hacer cosas importantes, ayudar a las personas, llenar el bosque de las nubes azules de su lluvia de colores. Pero no podía hacer estas cosas porque estaba dentro de una botella en una oscura cueva.
Lluvilia, no recordaba porque estaba allí, ni cuánto tiempo había permanecido dormida. Comenzó a llorar. De sus ojos salían lágrimas que al igual que su lluvia, eran de colores. Lloró y lloró, tantas lagrimas de colores salieron de sus ojos, que poco a poco la botella se lleno de un líquido multicolor. Un arco iris de agua sobre el que la pequeña hada flotaba.
De repente se golpeo en la cabeza, estaba tan ensimismada llorando, que no se había dado cuenta de que sus lágrimas habían llenado la botella y de que ella estaba flotando sobre el arco iris de agua, golpeando el tapón de la botella con su cabeza.
Y entonces casi sin pensarlo, levantó las manos, y con todas sus fuerzas golpeo el tapón de la botella. Tuvo que hacer esto varias veces y finalmente, tras varios fuertes golpes, el tapón se desprendió, volando por la cueva.
Con la botella abierta, ya podía salir. Sintió un poco de miedo, ya que la cueva estaba oscura, pero Lluvilia, era un hada buena y quería hacer cosas importantes y ayudar a las personas, y para ello tenía que salir de la botella y salir de la cueva. Se lleno de fuerza y de valor, la fuerza y el valor de la lluvia de colores y salió de la botella. Una vez fuera todo estaba oscuro, pero ahora podía extender sus alas y volar.
Agitó sus alas con energía y voló hasta que salió de la cueva. Entonces pudo ver la luz, las nubes azules del bosque y las primeras flores del año.
Había conseguido salir de la botella y de la cueva y estaba contenta. La reina de las hadas, se acerco a ella y le dijo:
-Tenías que aprender que solo tú tienes que querer hacer las cosas. Si quieres hacerlas, puedes hacerlo. El encantamiento se rompía cuando tú te dieras cuenta y lo hiciste en el momento adecuado. Si te duermes, da igual que estés en una botella, en una cueva o en una flor, no podrás hacer cosas importantes ni ayudar a la gente. Y te sentirás igual de triste y vacía que cuando estabas dentro de la botella en la cueva. La única manera de que lo aprendieras era dándote cuenta tu misma.
Lluvilia, el hada de la lluvia de colores, supo entonces que si ella quería, podía hacer todo lo que soñaba. Que solo tenía que querer y esforzarse, se había sentido triste cuando despertó, pero había aprendido que con su esfuerzo, era capaz salir de una botella, aunque estuviera dentro de una cueva.