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Navegamos rumbo... Brasil: El viaje de Piracurú

miércoles, 30 de octubre de 2013


Texto de Alicia López
Ilustración de María Pérez


La tribu de los Uaiás vivía pacíficamente en lasllanuras de Lábrea, en la región brasileña de la Amazonia. Sus cabañas estaban rodeadas de una inmensa y frondosa selva en la que habitaban miles de especies diferentes de fauna y flora. Su riqueza aún era mayor, pues a escasos metros de sus casas podían pescar y bañarse en las aguas de los ríos Purus y Madeira.

Todos los niños soñaban con convertirse de mayores en pescadores, cazadores, agricultores o exploradores. Todos menos el joven Piracurú, que quería ser un bravo guerrero y derrotar a las tribus vecinas.

El noble Píndaro, padre de Piracurú y jefe de la tribu, decidió hablar con el hombre más sabio que conocía: el chamán.

- Estoy preocupado por Piracurú. Pronto llegará la hora de cederle el mando de nuestra honrada tribu y temo que mi hijo acabe con la paz del Amazonia.
- No temas, Píndaro. Tupá, dios de los dioses, lleva observando atentamente a Piracurú desde su cuna y tiene una misión para tu hijo.

Los días pasaron y Piracurú seguía siendo el mismo niño altivo de siempre. Hasta que una mañana todo cambió. El joven despertó a sus padres con sus lloros. En el lugar de Piracurú, había ahora un pequeño pez de escamas rosadas. Los padres comprendieron el deseo de los dioses y con mucha pena arrojaron a su hijo al río.


- Los dioses así lo han querido. Cuando hayas cumplido tu misión volverás con nosotros y serás el jefe de la tribu.

Piracurú no entendía nada. De la noche a la mañana se había convertido en un ridículo pez rosado. Se dejó llevar por la corriente del río Purus y por mucho que lloraba sus lágrimas se perdían en la inmensidad del río.

Al cabo de un tiempo, Piracurú comprendió que no estaba solo. Estaba rodeado de miles de peces diferentes. A lo lejos, pudo contemplar una gran anguila eléctrica, que llenaba el río de luz y color con sus descargas. Más allá, un grupo de delfines rosas nadaban juntos y divertidos. De pronto, una enorme piraña se le acercó:

- ¡Por favor, no me comas! – exclamó el pequeño pez.
- No me temas – contestó la piraña. – Soy herbívora, no me gustan los pececillos como tú.
- ¿Y para qué tienes esos dientes tan grandes?
- Para dar miedo a los humanos que viven más allá de las orillas del río. Nos dan caza sin parar y tenemos que parecer fieros para ahuyentarlos.

Piracurú siguió su recorrido sorprendido por lo que había descubierto. Nunca se había imaginado que los humanos pudieran dar miedo a nadie. El pequeño pez siguió su recorrido cuando una sombra se cernió sobre su cabeza. Piracurú se estremeció de miedo al ver que una inmensa tortuga nadaba sobre él.

- ¡Por favor, no me comas! – exclamó el pequeño pez.
- No te preocupes, no eres de mi gusto. Me alimento de la vegetación del río – dijo la tortuga.
- ¿Y a ti te dan miedo los humanos?
- Sí, por eso nado por las noches y durante el día me oculto entre la vegetación.

Piracurú, triste y abatido, siguió la corriente pensando cómo los humanos podían ser tan temibles con las criaturas del río. De pronto, unas redes de pesca lo atraparon sin dejarle salida.

- ¡Por favor, no me pesques! - Tranquilo pececillo, no tengas miedo – contestó el pescador.
- Los humanos deberíais dejar en paz a las criaturas de los ríos y la selva. ¿Por qué sois tan malvados? - sollozó el pequeño pez.
- ¿Eso te parece? El humano ha de pescar y cazar para alimentar a su familia. El orden de la naturaleza es así. Pero, ¿acaso las pirañas luchan entre ellas? ¿O los tapires, o los jaguares o las tortugas?
- No, eso sería terrible.
- ¿Entonces, pequeño Piracurú, por qué cuando tenías forma humana querías batallar con tus semejantes? ¿Acaso no merecen el mismo respeto?
- ¿Quién eres? ¿Cómo sabes cómo me llamo?
- Soy Tupá, el dios del Amazonas. Si quieres volver a tu tribu deberás respetar a tus semejantes por igual. Sólo así, estará asegurado el porvenir de tu pueblo.

Piracurú comprendió entonces que había sido muy vanidoso queriendo luchar contra sus semejantes cuando el orden natural del Amazonas debería ser la paz y la convivencia respetuosa entre todos sus habitantes.

El dios Tupá lo convirtió de nuevo en niño y juntos surcaron el río hacia su tribu de nuevo. Allí fue recibido con alegría por su familia y amigos. Al poco tiempo, fue nombrado jefe de la tribu y desde el primer día de su mandato su tribu fue reconocida en toda la Amazonia por vivir en armonía con la naturaleza.


Fuente: http://www.cuentoalavista.com/2013/10/navegamos-rumbo-brasil-el-viaje-de.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+cuentoalavista+%28Cuento+a+la+vista+-+El+blog+de+los+cuentos+infantiles%29

Cuentos infantiles: Chirifú el caballo campeón

martes, 29 de octubre de 2013

Cuentos infantiles: Cuento para tomar conciencia del valor de escuchar a los demás y entender la emoción de la tristeza.
caballo 7 293x300 Cuentos infantiles: Chirifú el caballo campeónEn un lugar cerca y lejos de todos los lugares, en un lindo establo vivía el más hermoso caballo que se puedan imaginar. Su pelo brillante era admirado por todos, sus largas patas y sus grandes ojos encantaban a todo el que por allí pasaba. Ocurría que este caballo al que llamaban Chirifú, era además el más rápido de todos, podía correr tan veloz como un relámpago y ganaba todas las carreras. Y además era noble y bueno, dejaba que la gente se le acercará y que los pequeños le acariciarán.

En seguida, el caballo Chirifú, se hizo conocido en toda la comarca y en los alrededores. Muchas eran las personas del lugar y de los lugares cercanos y lejanos que acudían al establo a visitar al caballo. Todos le querían acariciar, todos le observan fascinados y alababan sus buenas cualidades. Los niños y niñas le daban terrones de azúcar, los ancianos le traían regalos, todos le adoraban y admiraban. Grandes multitudes de gente se podían observar cada mañana en las puertas del establo, que acudían a contemplar al caballo campeón.

Pero el caballo estaba triste, todos le querían, todos venían a verle, le hablaban, acariciaban, y le daban terrones de azúcar y regalos,  pero nadie le escuchaba.

Chirifú tenía muchos amigos, todos los que le visitaban eran sus amigos, pero ninguna de esas personas le escuchaba. El caballo quería contarles cómo le había ido el día, quería decirles cómo se encontraba cansado después de las carreras, comentarles que se ponía nervioso antes de comenzar las competiciones, pero ninguno se paraba a escucharle. Eran tantas las personas que querían verle, que para que pudieran pasar unos minutos con Chirifú, tenían que pasar solo unos instantes con él.

Cada día el caballo Chirifú, el gran campeón, estaba más triste y tampoco podía contarle a nadie que estaba triste, porque nadie le escuchaba. Empezó a perder peso, porque cada vez comía menos, cada día le costaba más ganar las carreras y su hermoso pelo perdía poco a poco su brillo característico. Nadie observo tampoco, estos pequeños cambios en Chirifú, porque seguía siendo muy veloz, tanto como un relámpago y seguía siendo un hermoso animal.

Pero una mañana antes de la competición Chirifú, sintió que no tenía fuerzas para correr, intento decírselo a su jinete, que era uno de sus mejores amigos, pero éste tampoco le escuchó. Y ocurrió que a mitad de la carrera Chirifú, el gran campeón, se desplomo y cayó al suelo. En el público se escucho una gran ovación, todos querían mucho  al caballo Chirifú.

Rápidamente llevaron al campeón Chirifú al hospital, por suerte en pocos días estaba recuperado, aunque necesitaba descanso dijo el doctor.
Su jinete, que era uno de sus mejores amigos, fue el primero en visitar a Chirifú,
-Si estabas triste y cansado Chirifú, me lo tenía que haber dicho- le dijo el jinete.
-Lo intente, pero no me escuchaban –respondió Chirifú
-Lo siento mucho Chirifú, si te hubiera escuchado ahora no estarías aquí, a partir de ahora te voy a preguntar y escuchar todos los días. Para que me cuentes todo lo que tengas que decir.

Y ocurrió entonces que las personas que tanto le querían y admiraban fueron a verle, y todos le preguntaban cómo estaba y se quedaban callados escuchándole. Todos pudieron entender que tenían que escuchar a su amigo, si le hubieran escuchado antes no se habría puesto enfermo.

A los pocos días Chirifú volvió a su bonita cuadra, en aquel lugar cerca y lejos de todos los lugares y enseguida recuperó su hermosura y su energía, porque todos los días hablaba con su amigo el jinete y porque las personas que le visitaban le escuchaban, lo primero que hacían ahora era preguntarle que tal estaba.

Así Chirifú siguió siendo durante muchos el gran campeón que era, y se convirtió en un caballo que además de hermoso y rápido era muy feliz.

Cuentos infantiles: La competición de los animales

lunes, 28 de octubre de 2013

zoo Cuentos infantiles: La competición de los animalesEn el bosque de los árboles azules vivían muchos animales y eran todos ellos muy amigos. A los animales del bosque de los árboles azules les gustaba mucho jugar y divertirse y un día,  todos ellos decidieron hacer una competición.
La competición consistía en pasar una serie de pruebas, había que cruzar el río, esquivar obstáculos, pasar los arbustos con espinas, subir al gran árbol azul coger uno de sus frutos azules y llegar a la meta lo antes posible con este fruto conseguido.
Todos estaban muy animados por participar. La liebre, el lobo, el gato, la ardilla, el caballo, y estuvieron varios días entrenando para el gran día de la competición.
Y llego el gran día, los demás animales habían decorado el recorrido y la línea de meta. Todos los participantes se colocaron en la zona de salida para repasar el recorrido y las reglas de la carrera. Y allí estaban el caballo, la liebre, el lobo, el gato y la ardilla y fue entonces cuando entre ellos vieron al pequeño ratón.
-¿Tú qué haces aquí?-le pregunto el caballo- la competición va a comenzar y los participantes tenemos que repasar las reglas, si quieres ver la carrera colócate con los demás animales.
-Pero yo también voy a participar en la carrera- dijo el pequeño ratón- tengo que repasar también el recorrido y las reglas.
Todos los participantes le miraron sorprendidos. Pensaban que era demasiado pequeño y menos rápido que ellos y que le sería imposible ganar la competición y así se lo dijeron al ratoncito. A lo que éste les respondió:
-No sé si voy a ganar o no, pero yo quiero divertirme con ustedes.
Los participantes dejaron que el ratoncito formará parte de la competición, aunque pensaban que no iba a poder ni siquiera llegar a la meta.
Y la competición comenzó. Cuando tuvieron que cruzar el rio, el caballo cabalgó con sus largas patas, haciendo un gran esfuerzo con la corriente, el lobo, la liebre y la ardilla se pusieron a nadar con mucha energía. Y el ratoncito como pesaba poco se subió en una hoja que flotaba y pudo aprovechar el viento y llegar al otro lado con facilidad.
Los participantes se sorprendieron, pero también pensaron que cuando tuviera que correr le alcanzarían. Y con gran asombro por todos, el ratoncito comenzó a correr a gran velocidad aunque sus patitas eran más pequeñas, pudo esquivar los obstáculos sin problema porque pasaba por debajo de ellos y con los arbustos hizo lo mismo.
Así llego antes que ninguno de ellos al gran árbol azul, trepo rápidamente por el tronco del árbol y con sus dientecitos le fue fácil separar uno de sus frutos azules y llevarlo agarrado en la boca.
Bajaba del árbol cuando la liebre agotada llegaba y no podía agarrase bien al tronco. El caballo también estaba allí pero no podía subir e intentaba empujar las ramas para hacer caer un fruto.  La ardilla y el gato seguían intentando saltar los arbustos, el lobo esquivaba obstáculos.
De esta forma el ratoncito llego para gran sorpresa de todos el primero a la meta con el fruto azul. Los demás participantes y animales que observaban la competición de felicitaron e hicieron una gran fiesta para celebrarlo.

Beneficios de escuchar música clásica

viernes, 25 de octubre de 2013

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Aparte de ser un fuerte lazo intercultural, la música es el vehículo de expresión humana por excelencia. Siempre hemos escuchado de los múltiples beneficios de la música clásica en el cuerpo tras la escucha prolongada y habitual de una melodía. Aquí algunos beneficios de esta música en nuestro organismo:
1. Muchas veces al escuchar una música predilecta, muchos de nosotros hemos sentido escalofríos o esa sensación de júbilo indescriptible. Esto se debe a que estimula las mismas áreas del lenguaje y el habla en el córtex cerebral, ya que la música tiene el mismo efecto de calidez que se produce al escuchar una voz humana.
2. Según las investigaciones de la Universidad de Illinois en 2005, se encontraron pruebas de que escuchar música clásica mejora el aprendizaje del lenguaje, ya que puede fomentar el aprendizaje de gramática, vocabulario, mejorar la pronunciación y hasta ayudarnos a apreciar más la cultura. Posteriormente, otros estudios han apoyado estas conclusiones. Y lo más impresionante sobre este tema, es el método usado por el Dr. George Lazanov, profesor de lengua extranjera, que usa música barroca para ayudar a sus estudiantes a aprender 1,000 palabras de vocabulario de idiomas extranjeros en un solo día con una precisión del 85 al 100%.
3. Neurocientíficos de la Universidad de Montreal, han investigado los procesos cerebrales en individuos que son expuestos a música clásica, llegando a la conclusión de que gran parte del placer inefable que produce escuchar buena música, está a cargo de la estructura del cerebro conocida como núcleo accumbens. Este conjunto neuronal del cuerpo estriado, es el responsable de emociones como la risa, la adicción y el placer.
4. Escuchar una pieza maestra de los más grandes genios de la música de todos los tiempos, estimula al cuerpo con su propia droga química cerebral, responsable de producir, por ejemplo, la sensación de placer de la dopamina.
5. Se estimula la amígdala cerebral que es crucial en el análisis y la toma de decisiones más abstractas, lo que hace que se estimule el cerebro desde los más antiguos a sus más recientes estructuras.
6. Se ha llegado a la conclusión con estudios científicos (escáner de ondas cerebrales), que la música clásica produce beneficios tangibles en nuestro cuerpo. Una sesión diaria de música barroca relajante como Handel, Bach o Vivaldi, puede ayudarnos a atenuar el dolor o los estados de ansiedad extremos. En pacientes sometidos a biopsias, la escucha de Bach, dio como resultado una disminución en los niveles de presión arterial y tensión muscular.
7. Mejora el vocabulario. De acuerdo a un estudio reciente, durante el entrenamiento musical para tocar un instrumento, se establecen conexiones neuronales que mejoran también otros aspectos de la comunicación humana. De ahí que los niños con formación musical tengan un mejor vocabulario y capacidad de lectura. También explica por qué los músicos son capaces de escuchar mejor una conversación cuando hay ruido de fondo que el común de los mortales.
8. El conocido como efecto Mozart, es célebre por ayudar supuestamente la inteligencia. Según los científicos, la música del genio de Salzburgo optimiza la resolución de los procesos espacio-temporales y cognitivos, sin embargo el efecto duraría solamente quince minutos.
9. Según una investigación publicada en The Journal of Surgery Cardiothoraic, escuchar música clásica u ópera tras un trasplante de corazón puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso, ya que han encontrado que la música reduce la ansiedad, el dolor y las náuseas, incluso afirman que podría haber algún efecto sobre el sistema nervioso parasimpático (una parte del sistema nervioso cuya función es controlar cosas inconscientes de nuestro cuerpo, como la digestión).
10. Una investigación de la Universidad de Toronto afirma que escuchar música clásica antes de dormir puede ayudar, ya que nos induce a un sueño más rápido y profundo. Esto se debe a los ritmos y patrones tonales de este tipo de música, que crean un estado de ánimo meditativo y unas ondas cerebrales lentas.

Cuatro cosas que (a lo mejor) no sabías sobre las sonrisas

jueves, 24 de octubre de 2013


No todas son iguales. No respondemos con la misma rapidez a una sonrisa cortés y educada que a una sonrisa sincera, según revelaba un estudio de la Universidad Bangor (Reino Unido) publicado en la revista Psychological Science. Cuando alguien sonríe con franqueza, de forma espontánea, lo identificamos a mayor velocidad que cuando quien arquea los labios lo hace únicamente por compromiso o cortesía. Además, sensores eléctricos permitieron detectar que ante una sonrisa sincera reaccionan ciertos músculos de la boca de quienes las observan que permanecen impasibles cuando la sonrisa no es auténtica. Y los autores lo atribuyen a que supone una recompensa social, que favorece las interacciones, por lo que aprender a anticiparlas cuando aparecen los primeros gestos en el rostro puede resultar una habilidad social positiva y crítica para el ser humano.

Para dejar huella. Arquear los labios para lucir una sonrisa de oreja a oreja puede ayudar a que nos recuerden. Es lo que se desprende de un estudio realizado por científicos del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke (EE UU). En sus experimentos, pidieron a un grupo de voluntarios que observaran fotografías de personas sonrientes y de personas serias, seguidas de sus nombres de pila. Las imágenes del cerebro de los sujetos revelaron que la corteza orbitofrontal y el hipocampo –sede de la memoria- mostraban más actividad cuanto aprendían y recordaban los nombres de los sujetos que sonreían. Nuestras neuronas espejo "desean que recordemos a las personas que han sido amables con nosotros, en caso de que debamos relacionarnos con ellas en el futuro", sugiere Takashi Tsukiura, coautor del trabajo, en la revista Neuropsychologia

A veces, rejuvenecen. El profesor Theo Gevers, de la Universidad de Amsterdam, y sus colegas han creado en Internet una extensa "base de datos de sonrisas" que les ha permitido averiguar que cuando sonreímos con franqueza aparentamos una edad diferente. Concretamente, las personas mayores de cuarenta años parecen más jóvenes cuando sonríen. Por el contrario, por debajo de los cuarenta una sonrisa puede hacernos aparentar más edad, de tal modo que para parecer jóvenes son preferibles gestos neutros, que no expresen emociones.

Influyen en el estatus social. Un trabajo realizado por la Universidad de Sevilla y publicado en Journal of Oral Rehabilitation reveló que las sonrisas de las personas más influyentes del mundo, elegidas por la revista Time entre 2006 y 2010, comparten ciertas características, como que la encía superior no queda expuesta más de 1 o 2 milímetros, la exposición de los inferiores debe ser menor que la de los superiores y el labio superior debe ser un poco más prominente que el inferior.

Cuento infantil: El dragón Piro

martes, 22 de octubre de 2013

imagesCAXLFDII Cuento infantil: El dragón piroPiro, era un dragón amarillo, con grandes patas amarillas y manchas naranjas por todo el cuerpo.
Piro era un dragón muy bueno, pero tenía un problema, cada vez que abría la boca para hablar, para reír e incluso para bostezar una gran llama de fuego salía de su garganta. Esto que puede parecer divertido era un problema para Piro.
¿Saben lo que le pasaba? Que cada vez que intentaba jugar con otras criaturas, en cuanto abría la boca, desprendía una gran llama de fuego y con esta enorme llamarada quemaba a todo aquel que se le acercaba.
Piro estaba muy triste porque nadie quería jugar con él. Podría haber sido cualquier otra criatura, pero era un dragón amarillo con una boca de la que salía fuego.
Una tarde Piro paseaba por los jardines del reino, podía ver como los demás  jugaban todos juntos, los duendes, las hadas, los niños y niñas, los animales, e incluso un ogro. Se acerco a ellos, él también quería divertirse. Pero cuando le vieron acercarse se alejaron de él, tenían miedo de que les quemara.
El dragón Piro se fue de allí muy triste, caminó y caminó durante un largo tiempo, estaba muy enfadado, tan enfadado que comenzó a abrir la boca y dejar que saliera el fuego. ¿Qué más daba? Si no querían jugar con él, quemaría todo lo que se encontrara en su camino. Quemaba los árboles que veía, quemaba las piedras que se encontraba, quemaba la hierba, quemaba las flores, todo lo que se encontraba lo quemaba.
Hasta un arbusto con el que tropezó. Enfadado abrió su boca y apunto con decisión al arbusto. Una gran llamarada salió de su boca. Escucho entonces una voz
-Ehhh, ¿qué haces? Ten cuidado que me quemas.
Un pequeño ratón salió de detrás del arbusto.
-¿Qué te pasa?-le dijo el ratón-¿Por qué estas quemando todo?
-Porque solo se quemar cuando abro la boca-dijo Piro, y mientras lo decía pequeñas llamaradas salían de su garganta.
-¿Y porque no aprendes a controlar el fuego?-le dijo el ratón
-Pero eso no se puede hacer- contesto Piro de nuevo dejando salir fuego de su boca.
-Claro que se puede- le dijo el ratón- ¿A que nunca lo has intentado? Vamos a intentarlo, solo tienes que pensar que cosas hacen que salga fuego de tu boca.
Fue de esta forma como el dragón Piro, con ayuda del pequeño ratón se dio cuenta de que el fuego salía cuando estaba enfadado, cuanto más enfadado estuviera mas fuego desprendía. Ahora que sabía porque salía el fuego, podía aprender a controlarlo.
¿Saben lo que hacía? Cuando notaba que estaba enfadado y que el fuego iba a salir de su boca, rápidamente usaba el fuego para algo útil y bueno como encender una hoguera, encender la lumbre para cocinar, etc. de esta forma dejaba salir el fuego y se le pasaba el enfado.
El dragón Piro aprendió a controlar su fuego y pudo jugar con todos en los jardines del reino porque ya no les quemaba y no les hacía daño.

Cuento infantil: Le león con miedo

lunes, 21 de octubre de 2013

leon 12 256x300 Cuento infantil: El león con miedoHabía una vez y esto es verdad y mentira no es, un león miedoso. Tenía miedo de la oscuridad, le asustaban los ruidos extraños, temía a los fantasmas, y se asustaba también de otros animales.
El león vivía en su territorio, un amplio terreno de la selva.  Allí era el rey, como lo son todos los leones. Y le era fácil en su reino no tener miedo.  No tenía miedo porque conocía a todos los animales. Reconocía los ruidos ya que siempre los había escuchado  y ninguno le parecía extraño. Y cuando oscurecía rápidamente se refugiaba en su guarida donde también estaba a salvo de los fantasmas.
Pero no podía salir de su territorio, cuando intentaba salir de su reino se atemorizaba con todas aquellas cosas que le daban miedo. Y como esto le ocurría no podía conocer otros reinos, saber cómo eran otros animales ni tampoco escuchar nuevos ruidos.
Otros animales amigos suyos salían del reino y le contaban fascinantes historias sobre las cosas que había fuera de su territorio. Cuando escuchaba las historias quería salir fuera y conocer esas cosas maravillosas, verlas con sus propios ojos y escucharlas con sus oídos.
Así un día hizo llamar a los animales más poderosos y a su consejero el pequeño mono, quería salir del reino y pensó que acompañado por ellos no tendría miedo. Llamo al tigre, a la pantera, al oso,  y al pequeño mono.
Salieron los cinco amigos de viaje, el león estaba tranquilo porque iba acompañado de los animales más fuertes y de su consejero el pequeño mono. De este modo salió del reino sin demasiado miedo. Y conoció lugares fascinantes.
Pero ocurrió que durante el camino el tigre se puso enfermo y tuvo que regresar a casa, la pantera tuvo que marchar, y el oso comenzó su invernación y no pudieron despertarle. Tenían que regresar al reino, pero el león se puso nervioso.
  • Ya no puedo volver a casa solo contigo – le dijo al mono- tengo miedo de lo que nos encontremos.
Y el mono tranquilo, le respondió

  • Tenias miedo antes porque no conocías lo que te ibas a encontrar, pero eres el rey de la selva y has hecho este viaje tú solo, los demás solo te hemos acompañado. Ahora ya sabes que lo que no conoces puede ser fascinante, que no debes temer lo que desconoces, sino aprender de ello.
El león, rey de la selva, pensó en las palabras del mono y entendió que tenía razón, y fue de esta manera como acompañado por el pequeño mono regreso a su reino, disfrutando de las cosas que se encontraba en el camino y sin miedo a descubrir las cosas nuevas.

Luz de colores en la cascada Bridalveil

viernes, 18 de octubre de 2013

Cuando se dan unas condiciones muy especiales de humedad, viento e iluminación se pueden observar imágenes tan fantásticas como éstas en la cascada Bridalveil (velo de novia) (California). Nos muestran un etéreo arco iris enmarcado en vegetación y piedra.


La cascada Bridalveil está situada en el Parque Nacional de Yosemite (EEUU). 


Este salto de agua tiene 188 metros. 


Cuando el viento sopla fuerte desvía el agua en chorros de menor tamaño. Si estos chorros se vaporizan antes de llegar al fondo de la cascada y el sol incide de una forma determinada se produce este mágico fenómeno que dura apenas unos minutos. 


Los fotógrafos Mei Xu y Justin Lee, autores de las fotografías, tuvieron la suerte de encontrarse con uno de esos raros momentos que transforman el agua en luz de colores.

10 (+1) cosas que no sabías de la Estación Espacial Internacional

jueves, 17 de octubre de 2013

1.
  1. Existe, de verdad que sí. Sí, la Estación Espacial Internacional existe y es la nave más grande jamás construida. Es tan grande que hubo que ensamblar a cachos porque no hay ningún lanzador capaz de ponerla en órbita de una pieza.

    La construcción comenzó en noviembre de 1998 con el lanzamiento del módulo Zaryá, el de la izquierda de esta foto, al que se le añadió Unity en diciembre, primer momento en el que subió alguien a bordo de la Estación.
    
Poco a poco se le fueron añadiendo componentes hasta dejarla en su estado actual en 2011. En esta mide 51×109 metros, lo que viene siendo un campo de fútbol americano en el sistema métrico campofutbolero, y pesa unos 450.000 kilos; tiene el volumen habitable de un par de Boeing 747.

    Es también lo más caro que hayamos montado jamás, con un costo estimado de unos 100.000 millones de dólares.

  2. Está habitada desde 2000. La Estación lleva habitada sin interrupción desde noviembre de 2000, primero por tripulaciones de 3, y desde 2009 por tripulaciones de 6.
    Habitualmente cada grupo de tres astronautas –los que caben en una Soyuz– está a bordo unos seis meses y se solapa cada tres meses con otro grupo de tres, para que siempre haya algún veterano a bordo, aunque pronto habrá un astronauta estadounidense y un cosmonauta ruso que permanecerán todo un año a bordo.


  3. Está en el espacio, pero por poco, pues aunque el espacio empieza a los 100 km de altitud, la EEI orbita a unos 400 km de altitud. Si este escenario fuera la Tierra y la Luna estuviera allí en el fondo, a unos 23 metros, la Estación estaría a… 2 centímetros del escenario.
    Esto hace que los astronautas digan que es como estar en un avión que vuela alto, salvo por la velocidad, que es espectacular; nos decía el otro día Leopold Eyharts que cuando quería fotografiar Francia desde la Estación tenía que estar preparado cuando sobrevolaban Canadá, y que como se despistara, se le pasaba.
    A esa altitud, además, queda la suficiente atmósfera como para que el rozamiento con esta le haga perder unos 2 km de altitud cada mes, por lo que hay que subir la órbita periódicamente, ya sea con sus motores o con los de alguna nave que esté de visita. Para mitigar esta pérdida de altura se usa el modo planeador nocturno de la Estación, que consiste en poner los paneles solares paralelos a la Tierra cuando la Estación pasa por la sombra de esta, como si fueran alas, lo que reduce el rozamiento en un 30 por ciento.

  4. ¿Gravedad cero? No… ¡Qué va!
  5. E igual que casi no están en el espacio la Estación y sus tripulantes tampoco están en gravedad cero la gravedad en ella es como un 90 por ciento de la terrestre. Lo que pasa es que va muy rápido –a unos 28.000 kilómetros por hora– lo que hace que caiga de lado y falle y no le de a la Tierra. Es lo que se llama caída libre, como se puede ver en vídeos como este que muestran la primera ley de Newton en acción.

  6. ¡Mira, mamá, la EEI! El que esté tan baja hace además que se pueda ver. Como está en una órbita inclinada 51,65 gradosrespecto al ecuador se puede ver aproximadamente hasta los 60 grados de latitud norte y sur, así que como la mayoría huimos del frío puede ser vista por como el 90 por ciento de la humanidad.
    Y cuando digo que puede ser vista quiero decir que puede ser vista a simple vista, si las nubes lo permiten.
    Esto ocurre al anochecer o al amanecer cuando los rayos del Sol inciden en los paneles solares y la hacen brillar, convirtiéndola en el segundo objeto más brillante del cielo nocturno detrás sólo de la Luna, con el permiso de destellos de los satélites Uridium. Se ve como un punto brillante que se mueve muy rápido y que además no es difícil de fotografiar.

    Para saber cuando se va a ver desde donde vives y a qué hora tenemos la propia NASA con Spot the Station, con un clásico como heavens-above, o Twisst, un servicio que te avisa mediante menciones en Twitter.

  7. Tecnología obsoleta. (hola @alpoma) Otra confusión común es asociar la Estación con tecnología punta, cuando el tiempo necesario para probar, certificar, e incorporar cosas en ella hace que cuando llegan a órbita tienen tranquilamente algunos años de antigüedad. 
    Vaya, que estamos hablando de tecnología de los 80 y de los 70 en algunas cosas, lo que obliga a los astronautas a dedicar mucho tiempo a tareas de mantenimiento en detrimento del tiempo que le dedicarían a la ciencia.

  8. Pero hay WiFi. Eso sí, hay unos cien ordenadores a bordo. Los que gestionan los sistemas de la Estación están siendo migrados aDebian, y el resto son ordenadores con Windows que se usan fundamentalmente para controlar experimentos. Y sí, en la Estación hay WiFi desde 2008.

  9. Y robots a bordo. Uno es Robonaut, con el que están experimentando a ver si sirve para ayudar en tareas de mantenimiento. Y el otro es Kirobo, que es como un «mancontro» que la JAXA usará para hablar con Koichi Wakata. Y no, no es broma. Menos mal que al menos no enviaron a Hello Kitty.

  10. Hay que reciclar. Otro asunto a tener en cuenta es que a 400 kilómetros de altura no puedes ir al súper, así que aunque la Estación recibe suministros periódicamente usando varios tipos de naves de carga, es importante reciclar para aprovechar los recursos. Y esto incluye el pis de los astronautas. Sí, los astronautas se beben su propio pis reciclado… Aunque antes de que os de un ataque de asco, pensad de donde viene toda el agua que bebéis vosotros. La caca, en cambio, se almacena y se envía de vuelta para ser destruida en la atmósfera con las naves de carga… Lo cual no sé si me tranquiliza mucho.

  11. No está acabada. Otra cosa es que a pesar del pastón que nos hemos gastado en ella, no está terminada. Falta que Rusia envíe el laboratorio Nauka, que fue construido en los 90 como reserva del Zaryá, otro módulo esférico que básicamente sirve de pieza de interconexión, y dos módulos con paneles solares.

  12. Tiene fecha de caducidad. Con Nauka y los dos paneles solares se podría trocear la Estación en dos separando de nuevo Zaryá y Unity si a partir de 2020 los Estados Unidos deciden retirarse del proyecto, aunque no hay nada todavía decidido.
    Eso sí, espero que cuando la Estación termine sus días convertida en una enorme bola de fuego en la atmósfera tengamos ya un sustituto, pues como decía Konstantin Tsiolkovski la Tierra es la cuna de la humanidad, pero uno no puede quedarse para siempre en la cuna.

Autonomía y responsabilidad en los niños y niñas

miércoles, 16 de octubre de 2013

La responsabilidad es una cualidad esencial para las personas, es fundamental que aprendamos a ser dueños de nosotros mismos y de nuestros actos. Si queremos que los pequeños sean autónomos tenemos que enseñarlos a ser responsables.

A medida que crecen los niños van buscando su autonomía. Es importante que sepan que la responsabilidad de sus actos es cosa suya.
Para ayudarles a crecer con madurez y ser felices es fundamental que padres y educadores procuren fomentar la autonomía, para que sean capaces de hacer las cosas por sí mismos.
Normalmente tendemos a protegerles, es cierto que necesitan un adulto que les ayude a organizarse, pero han de ir asumiendo responsabilidades poco a poco; no debemos obsesionarnos, confiar en sus capacidades y dejarles solos, siempre supervisando.
Es un error pensar que los niños no pueden ser responsables, si pueden serlo. Poco a poco han de ir ocupándose de cosas que si pueden hacer y de este modo aprenden a ser autónomos.
grupos2 Autonomía y responsabilidad en los niños y niñas

 Beneficios de la Autonomía en los niños y niñas

  • Favorece su capacidad de concentración, al ver que esto es responsabilidad suya.
  • Les ayuda a pensar, no les viene todo pensado de fuera.
  • Desarrollan su fuerza de voluntad y su capacidad de esfuerzo, imprescindible para lograr sus metas.
  • Fomentan su autodisciplina y control interno.
  • Favorece su madurez y su desarrollo.
  • Aprenden habilidades fundamentales para su vida adulta.

10 Consejos para ayudarles a ser Autónomos y Responsables

  1. Da poco a poco a los pequeños responsabilidades adecuadas a su edad (vestirse, recoger su cuarto, colaborar en tareas de la casa, ocuparse y organizar sus tareas escolares)
  2. Involúcralos en la planificación y elaboración de tareas en los eventos familiares (fiestas, paseos, salidas, compra, etc. )
  3. Establece horarios y rutinas así como reglas. Han de ser concisos, claros y consensuados.
  4. Confía en sus capacidades y déjale solo, aunque supervisa. Si le transmites que crees que es capaz, el niño lo creerá.
  5. Apórtale seguridad en sí mismo dejándole que se ocupe solo de hacer determinadas tareas.
  6. Deja que se equivoquen,  y habla con él, de lo que ha pasado y de cómo evitarlo. Haz que aprenda de sus equivocaciones.
  7. Estimula los logros con comentarios positivos. Deja los regalos para ocasiones especiales, no le  motives con ellos, ha de aprender la importancia de ser responsable, por los beneficios que le aporta no porque vaya a recibir un regalo.
  8. Déjale que haga las cosas solo, que sea autónomo y que tome sus decisiones. Supervísale, pero desde la distancia.
  9. Enséñale a tomar decisiones, muéstrale como analizar y reflexionar las diferentes opciones.
  10. Explícale que cada acción tiene sus consecuencias. Tanto positivas como negativas, y que por lo tanto el mismo es el responsable de sus actos.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@Celia_RodrigRu

Cuento infantil: Julieta piruleta, la niña que tenia muchos sombreros

martes, 15 de octubre de 2013

julieta Cuento infantil: Julieta piruleta, la niña que tenia muchos sombrerosJulieta Piruleta, era una niña que vivía en una bonita casita. En su habitación tenía un gran armario con muchos sombreros. Tenía sombreros de todos los colores y formas que se puedan imaginar. Cada mañana antes de salir de casa elegía un sombrero, aquel que más le iba a gustar a la gente que iba a ver aquel día.
Tenía un sombrero rojo con un lacito blanco, es el que se ponía cuando salía con su mamá, porque a su mamá le gustaba este sombrero. Cuando iba a ver a su abuelita se ponía el sombrerito blanco con flores verdes que le gustaba a ésta. Para salir con papá se ponía el sombrero amarillo que adoraba su padre. Para ir al colegio se ponía un gorrito gris con cuadraditos que es el que les gustaba a sus profesoras. Para salir con sus amigas usaba en cambio el sombrero azul ya que sabía que este era el que las niñas preferían.
De todos los sombreros que Julieta Piruleta tenía en su gran armario, había uno que a ella le gustaba especialmente, era un sombrero rosa que tenía un lazo plateado con el brillo de las estrellas. Eran muchas las mañanas que al abrir el armario, Julieta miraba este sombrero y hasta en algunas ocasiones se lo probaba, pero antes de salir acababa cambiándolo por otro sombrero, el más adecuado para las personas con las que se iba a encontrar.  Y allí dejaba su sombrero rosa con un lazo plateado que tenía el brillo de las estrellas para otra ocasión más adecuada.
Una mañana antes de salir de casa, ocurrió que Julieta Piruleta se equivocó de sombrero. Julieta iba a ver a sus amigas, y tenía mucha prisa, cogió rápidamente un sombrero creyendo que era el azul, ya que este era el que preferían sus amigas. Salió de casa rápidamente sin mirarse en el espejo, por eso no se pudo dar cuenta de que en lugar del sombrero azul, llevaba puesto sobre su cabeza el sombrero rosa, el que tenía un lazo plateado que brillaba como las estrellas.
No se dio cuenta de su error hasta que no estuvo con sus amigas.
-Que sombrero más bonito- le dijeron- no le habíamos visto nunca. Te queda mejor que el otro.
Julieta cogió su sombrero y comprobó asombrada que llevaba puesto el sombrero rosa. En un primer momento le disgustó esta idea, pero al cabo de un rato nadie prestaba atención a su sombrero. Y como era el que más le gustaba a ella, era el que mejor le sentaba de todos y era con el que más a gusto estaba.
Más tarde aquel mismo día, recordó que tenía que pasar por casa de su abuelita, pensó en ir a casa a cambiarse el sombrero y ponerse el sombrerito blanco con flores verdes que adoraba su abuelita. Pero no tenía tiempo de hacerlo, y después de todo pensó este es el sombrero que a mí me gusta. Su abuelita le dijo que le gustaba su nuevo sombrero y que estaba muy guapa.
Julieta estaba muy sorprendida porque tanto a sus amigas como a su abuelita les había encantado el sombrero con el que ella se sentía más cómoda.
Cuando llego a casa con su sombrero rosa en la cabeza, su mamá y su papá, sorprendidos de verla llevar aquel sombrero puesto, la dijeron:
-Pero que sombrero más bonito, te queda muy bien, ¿Por qué nunca usabas este sombrero, si es el que más te gusta?
Julieta estuvo todo lo que le quedaba de día con ese sombrero puesto. Entonces descubrió que a la gente le da igual el sombrero que lleve puesto, que a las personas les encantaba el sombrero rosa que era con el que ella se sentía más cómoda. No necesitaba ponerse un sombrero que le gustara a la gente, sino ponerse el sombrero que a ella le gustará.
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