Un nuevo estudio estrecha aún más los lazos con nuestros parientes los chimpancés. Porque parece que, según han revelado investigadores de la Universidad de Portsmouth, también se ríen (y sonríen) como nosotros.
Para comprobarlo, grabaron en vídeo las expresiones de 46 ejemplares que vivían en el Orfanato de Chimfunshi (Zambia) y los analizaron con un sistema llamado ChimpFACS, que permite examinar los más sutiles ademanes de los primates y compararlos con los de los humanos. El resultado ha sorprendido a los científicos, pues el repertorio gestual es más similar entre ambas especies de lo que se creía.
“Los humanos tenemos la flexibilidad de mostrar nuestra sonrisa sin sonidos, es decir, sin reír o hablar, lo cual aporta versatilidad a la comunicación. Hasta ahora pensábamos que los chimpancés no eran capaces de comportarse así, pero hemos observado que también son capaces de producir expresiones faciales sin emitir sonido alguno”, ha comentado Marina Davila-Ross, la directora del estudio. Además, los investigadores han analizado los gestos que acompañan a las carcajadas y han descubierto que su origen evolutivo es el mismo para chimpancés y personas. Posiblemente, proceden de un ancestro común.
Sí hay, de todos modos, una diferencia importante entre su risa y la nuestra: a ellos raramente se les forman arrugas en los ojos. Es decir, no tienen patas de gallo.
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