Cuando hablamos de Leonardo, no nos referimos solo a su faceta como artista, ya que dominaba diversas artes mayores, sino también a su faceta como científico e ingeniero, podemos decir con certeza que nos encontramos ante uno de los grandes inventores de la humanidad, siendo algunas de sus creaciones tan avanzadas en sus diseños que sólo han logrado hacerse realidad en nuestro tiempo.
Leonardo lleva el nombre de la ciudad donde nació, Vinci, cercana a Florencia. Era hijo ilegítimo un padre rico y una campesina, aunque fue criado con los mismos privilegios que cualquiera de los otros niños. Sin embargo, no llegó a participar de la herencia de su padre por esta razón, aunque la verdad es que no le hizo ninguna falta, ya que tuvo una vida desahogada.
Desde niño fue muy aficionado al dibujo, por lo que su padre viendo su talento le llevó al estudio del mejor pintor del momento en Florencia, Andrea Verrochio, al entró como ayudante y con el que permaneció bastante tiempo colaborando, incluso después de su independencia cuando era ya un artista colegiado.
De todas maneras el número de obras que Leonardo realizó a lo largo de su vida no fue muy grande, ya que conservamos solo 10 pinturas del artista. Como otros muchos genios era una persona poco constante, empezando proyectos que a veces dejaba a medias y siempre con la cabeza en todas partes. No obstante resulta curioso que no llegará a triunfar en Roma, donde tanto Rafael como Miguel Ángel recibían gran cantidad de encargos, pasando las obras de Leonardo desapercibidas en la ciudad eterna. Sin embargo protegido por Ludovico Sforza tuvo mucho éxito en Milán donde participó en obras de arquitectura, al igual que en otras ciudades como Venecia o su ciudad de residencia, la magnífica Florencia.
Las constantes escaramuzas militares hicieron que el ducado de Milán cambiara de manos de manera constante, perteneciendo en diferentes ocasiones a la corona francesa. Esa es una de las causas de que el rey francés Francisco I invitara a Leonardo a su nación durante los últimos años de su vida, allí murió en el año 1519, concretamente en la ciudad de Amboise donde su cuerpo se encuentra enterrado.
Científico, inventor, dibujante, investigador, filósofo, poeta, diseñador urbano y además arquitecto, escultor y pintor. Un hombre completo del renacimiento. Algunos de sus cuadros son considerados como los mejores que ha pintado la humanidad, no tenemos más que pensar en La Gioconda o La Última Cena donde podemos contemplar algunos avances pictóricos revolucionarios a la hora de representar el paisaje y la perspectiva.
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