La lectura en voz alta conlleva enormes beneficios, tanto para quien lee como para quien escucha. Para los niños leer en voz alta es especialmente significativo porque les anima a explorar los libros y a convertirse en lectores por sí mismos.
Para Rolling Readers USA (1) estos serían algunos de los beneficios que la lectura en voz alta proporciona a los niños.
- Ejercita la imaginación.
- Aporta conocimientos conceptuales (colores, formas, sonidos, letras, números).
- Despierta en los niños ideas nuevas y conceptos culturales, permitiendo que se desarrolle su curiosidad y su capacidad crítica, así como sus propios intereses e identidad.
- Proporciona a los niños información y comprensión del mundo.
- La lectura en voz alta puede eliminar la falta de concentración, al tiempo que, al escuchar, aumenta la comprensión.
- Cuando los niños escuchan, se mejora su capacidad de autoexpresión. Al aprender vocabulario nuevo, podrán expresar sus ideas y sentimientos. Dichas habilidades para comunicarse son cruciales para el éxito en la vida.
- Leer a los niños les anima a leer por sí mismos. La habilidad y el deseo de leer pueden mejor mucho la calidad de la vida de una persona.
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¿Qué permite la lectura en voz alta?
- Articular el texto con la propia experiencia.
Un texto evoca en los lectores episodios vividos o conocidos a través de los relatos de otros; de este modo el nuevo texto cobra un significado particular para cada miembro del auditorio.
- Incorporar vivencias y experiencias ajenas.
El intercambio entre el auditorio permite contrastar las propias vivencias con las de otros, enriqueciendo así al propio texto.
- Discutir, contrastar, opinar.
Las situaciones y los personajes del relato dan lugar a distintas interpretaciones que permiten un intercambio enriquecedor.
- Acceder a obras a las que no podrán acceder solos.
Se las ofrece un lector competente.
- Superar el miedo, aumentar su autoconfianza.
Si todos intervienen y opinan sin sentirse sancionados.
- Desechar juicios apresurados, reflexionar.
El debate favorece una actitud reflexiva y una escucha atenta de lo que otros dicen.
- Disfrutar el derecho al placer del texto.
Kepa Osoro